El sufrimiento…

El sufrimiento es un aspecto inevitable de la vida, del cual ninguna persona puede escapar.
No es positivo ni negativo, es desagradable de experimentar pero permite reflexionar, evaluar alternativas y cambios de comportamiento, también mueve a reformular las creencias y valores subjetivos y con ello los objetivos de vida.

Extractos del Libro seguir sin ti de Silvia Salinas y Jorge Bucay

Es
todo un desafío, poder expresar lo que a uno le pasa en pareja. Sin acusar al
otro y sin defenderse.

Hay
una responsabilidad en uno de los miembros que es la responsabilidad de tomar
la iniciativa por romper un pacto.

Es
entonces cuando afloran nuestras conductas más neuróticas e infantiles…

Las
ganas de volver a estar juntos, es el elemento clave que hace que una relación sea
potencialmente salvable luego de una infidelidad o crisis de pareja importante.

Cuando
hay ganas de estar juntos, el corazón de ambos se rebela ante la posibilidad de
una separación definitiva.

Cuando
el ojo de la tormenta pasa y las emociones se estabilizan tanto el uno como
otro, necesitan gestos concretos de su compañero o compañera, especialmente
aquellos gestos que demuestran que el otro me sigue importando. Que es
importante para mi seguir teniéndolo en mi vida.

Que
estoy haciendo y que estoy dispuesto a hacer para que mi pareja note lo mucho
que importa? La suma de minúsculos gestos cotidianos es lo que crea el clima
favorable para el reencuentro.

No
hay manera de saber de antemano como va a funcionar una relación, ni de
calcular si va a durar pero se lo consigue entregándonos a lo que hay, sin
exigencias y sin expectativas. No es fácil.

Cuando
uno ha sido herido y no quiere que le vuelva a pasar lo mismo, para evitarlo,
tenemos ideas, estrategias, expectativas, de cómo debería ser nuestra próxima relación.
Nos volvemos rígidos, exigentes y no dejamos que la relación fluya en forma
natural. Queremos “empujar el rio para nuestro lado”, para que corra por donde
decidimos que nos conviene y entonces la relación se vuelve forzada y sin
libertad.

A
medida que crecemos dejamos atrás la manera de enamorarnos de los veinte años, quizá
quede atrás algo de locura, pero pueden abrirse paso la profundidad y la
madurez, una madurez necesaria para que sin dejar de buscar un amor perfecto,
seamos capaces de disfrutar de un amor real entre personas reales.

Si
somos lo suficientemente valientes como para reconocer esta situación, podríamos
convertir al otro en un maestro en lugar de un enemigo. Si sabemos mirarlo de
esta forma, la magia puede volver y los conflictos pueden convertirse en una
señal pero positiva, de los aspectos que cada uno debe desarrollar.

Cuando
la grieta se produce, cada integrante de la pareja comienza a ver en aquel que
antes lo completaba, el rostro de un enemigo.

Como
se sale si es que hay salida?

La
relación de pareja es uno de los más grandes espejos que tenemos para mirarnos,
el mejor y el más cruel de los espejos. Nos enojamos porque la imagen que el
nos devuelve no nos gusta. Entonces es el espejo el que nos hace horribles?

Nos
enojamos con el que da la noticia que no queremos recibir, quisiéramos actuar
como Caligula, matando a todo aquel mensajero que no trae buenas noticias, como
si con eso consiguiera que la mala noticia desaparezca.

Apelando
a la valentía de mostrar las partes vulnerables para pedir ayuda en lugar de
levantar muros de defensa. Cuando las partes débiles de los dos que discuten
consiguen conectarse y comprenderse, crece la confianza y cada uno puede ser el
maestro del otro, allanando el camino para que la mágica conexión de almas
aparezca.

Por
mas que vivamos planificando y pretendiendo controlarnos a nosotros mismos y a
nuestro entorno nada suele suceder como esperamos. Este hecho es tan
verificable en la realidad que se parece más a una verdad de Perogrullo que a
un pensamiento intelectual. Y sin embargo, hay un montón de gente que actúa,
vive y siente como si las cosas no funcionaran así.

Discutir
y agredir al otro por algo que ya nos hizo y nos lastimo, es un acto de
inmadurez absoluta y básicamente una batalla perdida.  Porque lo que esta hecho, hecho esta.

Mirando
hacia adentro apareció un mi un sentimiento casi ya olvidado… No sabia como
hacer para aceptar mis limitaciones sin olvidar de reconocer mis capacidades.

Mas
que nunca cuando formamos una familia la sociedad nos anuncia que ha llegado la
hora de funcionar mas como “se debe” que de acuerdo con lo que se sentimos en
cada momento.  Asi es como solemos
perdernos a nosotros mismos y vamos renunciando de a poco a la alegría, a la frescura
y  a la espontaneidad. No hace falta
decir, que sin estas tres herramientas, no puede haber una sana sexualidad…

Es
por eso que muchos, entran en una carrera frenética de cambio de compañero, de
salir con cualquier persona… buscando sexo por sexo mismo. Pero ese sexo de la
genitalidad, no implica una conexión con el otro. Ese sexo no eleva a nadie.
Porque en sentido estricto es un sexo sin sexualidad. Mantener y desarrollar un
contacto sano con la vida es ser uno mismo y enamorarse de estar vivos en todos
sus aspectos. En eso consiste el cultivo del terreno del amor. Cuando el
terreno está listo, la mayoría de las veces florece nuestra mejor sexualidad,
lo que posiblemente incluya lo genital, pero que no se acaba ahí.

Hay
que ser conscientes de que en verdad no es posible “tener” nada, mucho menos a
alguien. Pero preferimos dar por sentado que nada cambiara. Miramos nuestro
compañero y creemos estar viendo siempre al mismo, porque decidimos que así es.
Pero no es.

No
pienso que la pasión tenga que sostenerse sobre la base del miedo a perder al
otro, porque estoy segura que nada bueno puede crecer basado en el miedo. Digo
que las parejas duraderas están hechas de una sabia mezcla de cercanía y
espacio. Cercanía que genera intimidad, respaldo y seguridad. Espacio que nos
hace libres y conscientes de nuestras posibilidades de cambio. No hay límites
para cambiar, porque no hay límites para crecer y ese es el sentido de la
pareja: Crecer  al lado del otro. La vida
compartida es una oportunidad para eso.

La
verdadera pasión no se mantiene cambiando de partenaire todos los días, sino
descubriendo que nosotros, los dos, somos un poco distintos cada mañana, y a
partir de allí, el sexo, la pasión, el deseo y la atracción por el otro pueden
renovarse dia a dia. Es necesario entrenar la pasión. Ya que no hay cosas
apasionantes sino pasión puesta en las cosas.

Es
inútil además de poco aconsejable, siquiera intentar tenerlo todo bajo control
o querer anticiparse a lo que sigue. En esa época aprendí que, nos guste o no
lo que la vida tiene para darnos no se detiene a escucharnos, la vida fluye,
solo fluye.

Cuando
luchamos contra lo que es, por ser como es, interrumpimos el libre fluir de los
acontecimientos y evitamos que la situación pueda evolucionar hacia mejor.

Hay
un ejercicio muy bueno que nos ayuda a salir de la no aceptación de cosas que
nos pasan y nos corren del papel de victimas en el podemos encontrarnos, pensar
que:

Para
aprender a…

Para
darme cuenta de que…

Entender
es con la cabeza, comprender es con el corazón. Y si mi corazón está herido,
muy difícilmente pueda terminar de asimilar lo que haya pasado.

Igualmente
hay que reconocer que fue él, quien me enseño a tomarme la vida con mas
levedad, a no hacerme tanto problema por cada cosa.

Me
siento estafada, no tenida en cuenta y una vez más abandonada. Una vez más no
elegida… Sentimiento terrible para la autoestima de una mujer…

Nuestro
compañero o compañera es un maestro. Alguien que nos enseña cosas importantes
de maneras muy extrañas (a veces provocando nuestra furia).

El
amor y sus vaivenes, los encuentros y desencuentros, son guías que nos muestran
los problemas que siguen habitándonos y que somos capaces de ver de otra
manera.

No
hay conflicto que no tenga salida. Lo que cierra el camino no es el conflicto,
sino el orgullo, el endurecimiento, la cerrazón. El precio de nuestra reacción no
lo paga solamente la relación de pareja, sino que nosotros mismos perdemos
contacto mismo con la magia de la vida. Nos volvemos personas cerradas. La idea
y el deseo de que es posible complementarme con el otro.

No
es necesario que nadie me de lo que yo ya tengo. Nada nos falta. Pero si
precisamos, una y otra vez de alguien que con amor sea el espejo en el que
podemos vernos sin temor. Esa será la ayuda que me permitirá destrabar los
mecanismos que me impiden volverme la mejor persona que yo puedo ser.

Tener
un vínculo fuerte y duradero es lo que toda persona normal aspira. Tener una relación
clara. Lo vivido fue y es importante.

El
camino no es estar de acuerdo con lo que el otro hace después de separado, pero
se puede intentar entender sus razones, aunque sean muy distintas de las propias.
Aceptar que el otro tiene sus razones para hacer lo que hace aunque yo no lo
comparta. Por algo las personas se separan…

No
es el más seguro de los hombres pero me dio seguridad.

No
es el más valiente pero siempre  me ayudo
con mis miedos.

No
 es 
el más exitoso pero siempre me ayudo con mi desarrollo personal y
profesional.

Me
apoyo siempre y yo crecí mucho a su lado.

La
vida siempre concede más de una oportunidad para darnos cuenta de todo lo que
nos sucede y para crecer en ese darnos cuenta. El cosmos conspira para que las
mismas situaciones se repitan una y otra vez, hasta que aprendamos lo que
debemos aprender de ellos.

La
jugada era tan maquiavélica como eficaz. El había querido que yo me entere,
pero sin decírmelo directamente.

Nada
a lo largo de la vida permanece constante. Poco o mucho, cada uno de nosotros
va cambiando en sus pensamientos, en sus gustos, en sus comportamientos. Del
mismo modo, el mundo que enfrentamos se transforma día a día. Lo que aprendimos
ayer, quizá no sirva, tal cual, para hoy, porque hoy otras cosas suceden y aun
las mismas cosas pasan de forma diferente. Este cambio constante es lo que
transforma la vida en una apasionante y sorprendente novedad continua y
cotidiana. La pareja es parte de la vida de una persona, y esta sujeta a los
mismos cambios para los que no siempre estamos preparados, y por lo tanto es
inevitable que las crisis de pareja ocurran. Algo nuevo sucede o viene
sucediendo y rompe el equilibrio al que se había llegado y no es posible
arribar a un nuevo equilibrio, entonces se produce la crisis. Es algo norma y
natural, es parte de la vida de la pareja. Si queremos que la pareja perdure,
no se trata de evitar los “desequilibrios” sino de aprender a resolverlos.

Detrás
de cualquier crisis hay un desbalance. El centro se ha corrido, los miembros de
la pareja ya no se perciben el uno al otro en igualdad de condiciones “como
antes”.

Necesitamos
dar y recibir, especialmente en la pareja si queremos seguir creciendo al lado
del otro. Para que haya verdadera intimidad en una atmosfera relajada, ambos
individuos necesitan tanto sentir que dan algo de si, como saber que también reciben
algo.

La
mutua alimentación no siempre puede mantenerse equilibrada.

Hay
muchas circunstancias que inclinan la balanza a lo largo de la vida de la
pareja.

Aprendí
que las heridas, los desencuentros, y las crisis son ciertamente dolorosas pero
es completamente imposible evitarlas si hablamos de una relación comprometida.

Hay
una herida esencial que todo ser humano tiene. Y esa herida es no querernos lo
suficiente.

Hay
un ejercicio de Jorge Bucay que propone escribir cosas que no hemos recibido en
la infancia y hubiéramos querido que sucedieran…. “Un papa que me escuchara y
estuviera presente cuando yo lo necesitaba”. Y luego se cambia a esa lista, la
consigna por coas que espero de un hombre. El resultado es sorprendente, viví
toda mi vida buscando en cada encuentro un papa que me diera el amor que no recibí
de niña y que por eso no sentía dentro de mi. La sanación ocurrió cuando pude
conectarme con el amor que los hombres me habían dado, comenzando por mi padre,
en lugar de enojarme por lo que no me pudieron dar. La sanación ocurrió cuando
pude ver a la niña herida dentro mío dentro de todas las personas que me
amaron, y valorar lo que me dieron…

Me
pase la vida buscando a alguien que llenara el vacio del amor que acarreaba de
la infancia y finalmente había descubierto que mi vida estuvo siempre sostenida
por el amor que llevo dentro.

Te
quise mucho, todo lo que te di te lo di con ganas, tú me diste muchísimo y te
lo agradezco. Pero nos dijimos un montón de cosas feas , sumamente dolorosas y todo quedo mal entre
nosotros,  yo asumo mi parte, y espero que
vos asumas la tuya. Aunque te agradezco por todo lo feliz que me hiciste y el dolor que me causaste.

Isla Desierta Busca Naufrago

 

 
CUENTO:
Había una vez una isla desierta. Bueno, en realidad no estaba desierta….. aunque ella muchas veces se sentía así.

Se intuía incomunicada del resto de los elementos que integraban el pequeño mundo que la rodeaba.

Formaba parte de un hermoso archipiélago que hipnotizaba el océano con una belleza natural extraordinaria. Pero a pesar de ello, la isla no se sentía plenamente integrada en aquella visión y seguía notando un gran desapego esencial con todo cuánto la rodeaba.

En ocasiones pensaba que ser una mas entre las demás islas, hacía que se viese más pequeña y con relativa frecuencia se notaba perdida frente al resto de sus compañeras de paisaje e incapaz de desarrollar la posibilidad de albergar en ella a ningún posible náufrago. Esto era así porque ya había tenido una experiencia al respecto que no había resultado bien, y también porque creía que desde la posición en la que se encontraba entre las otras islas, le sería muy difícil conseguir que algún náufrago arribara a sus orillas puesto que ellos solían llegar con más facilidad a las islas exteriores que a las interiores.

A veces intentaba rememorar aquella lejana ocasión en la que había albergado durante mucho tiempo a aquel visitante.

Al principio ella se encontraba feliz a pesar de que en la época en la que él llego a su playa, tuvieron que soportar juntos muchos tornados, tormentas terribles y hasta las pequeñas consecuencias de algún leve maremoto..

Luego de un tiempo de convivencia, su visitante comenzó a demostrar indicios de un comportamiento algo primitivo para ella y veía con la estampa del recuerdo ,cómo con frecuencia él se dedicaba a arrancar todas las palmeras que empezaban a crecer por encima de su estatura, sin fijarse en lo hermosas que podían llegar a ser si alcanzaban una buena altura, la sombra agradable que podían ofrecerle y sin valorar que los frutos que de ellas surgían podrían haberle proporcionado un verdadera provisión de inmensas posibilidades que habrían conseguido que su vida en la isla hubiese resultado una experiencia mejor.

Aunque tener un náufrago no era como ella había imaginado, intentó sacar de la experiencia su mejor partido y sentirse siempre agradecida de tener alguien a quien cuidar y proteger y que también en ocasiones mirara por ella…

A veces sucedia que el náufrago se aislaba y al percibir esto, la isla le intentaba traer algo de aire fresquito para animarlo de los calores estivales. Pero él contestaba con un gruñido y encendía una hoguera en algún rincón de ella cuando más seco era el tiempo , haciéndola temer por su propia seguridad.

Otras veces era ella, la que se enojaba por no soportar ver cómo él intentaba llegar a lo más oculto de las grutas de las montañas que había dispersas en su paisaje…

A medido que el tiempo fue pasando y el camino recorrido se fue alargando, él y ella se volvieron menos comunicativos. Ya apenas se contaban lo que pensaban, ni compartían proyectos comunes para mejorar el entorno de su paraíso. Ya ni siquiera sentían gusto por aprender el uno del otro , pues cuando intentaban conversar sobre algo nunca llegaban a acuerdos y al final acababan disgustados , lo que hizo que poco a poco la distancia entre ambos se hiciera cada vez más insalvable.

Una cosa llevó a la otra y así fue como llegaron a un punto en el que dejaron de mirarse con agrado y tuvieron que enfrentar la realidad: Ya no se sentían nada a gusto el uno con la otra, y que nada en ellos había congeniado del todo.

Un día la isla tuvo que ver marcharse a su náufrago y, aunque todas las despedidas son tristes, se sintió grandemente aliviada porque tomaran caminos diferentes…

No había pasado mucho tiempo , cuando recibió en las arenas de su playa una botella con un mensaje dentro, era de su náufrago que le pedía permiso para desembarcar de nuevo en su playa. La isla, no por orgullo sino en conciencia , no otorgó ese permiso. Ella sabía que aquella aventura conjunta ya se había terminado, que tanto él como ella debían servir a fines diferentes….

Después de esta experiencia y al principio, la isla no quería alojar jamás a otro náufrago en ella, aunque con el tiempo empezó a imaginar la hipotética llegada de alguno. No sabía muy bien que clase de náufrago quería para que viviera en ella, sólo sabía dos cosas: i) que no le había gustado del todo lo que había vivido hasta ese momento ii) que sensaciones agradables deseaba recuperar , aunque fuese de un modo distinto.

Las inquietudes del principio por llenar rápidamente su isla de movimiento, pasaron a transformarse lentamente con el tiempo en una mayor tranquilidad y seguridad interior. El pasado, no puede ser un lastre en la vida de una isla pero siempre deja enseñanzas que pueden mejorar la vida evitándoles cometer los mismos errores.

Aunque hubo botellas de otros náufragos que llegaban a las orillas de los acantilados, cuando la isla las leía, se daba cuenta que ella sólo podía ofrecerles cobijo temporal ante una tormenta, o protección del sol por tiempo determinado. Los miraba y comprendía que no eran los náufragos que ella esperaba, ni ella la isla que ellos necesitaban y no los dejaba quedarse más de lo estrictamente necesario , ni les otorgaba los privilegios que había tenido con aquel que fuera su único náufrago.

Con el tiempo pensó que se estaba volviendo una isla muy exigente y que así no sería podía renunciar a lo que ahora era ,sólo por no querer vivir momentos de soledad, y empezó a valorar lo que estaba resurgiendo gracias al tiempo.

Se miró a sí misma y se dio cuenta que durante este proceso de espera, ella se había convertido en un maravilloso vergel en el que predominaban palmeras de enormes dimensiones y con unos frutos que parecían deliciosos. Esto la animó a seguir esperando la llegada de un náufrago que realmente hubiese estado esperando una isla como ella , porque él sabría apreciar verdaderamente todo lo que había estado guardando durante tanto tiempo.

Al día de hoy, esa isla sigue esperando, pero ya no se siente desierta, ha aprendido a leer en las estrellas y conoce mejor los preciosos rincones que posee a los cuales cuida y conserva hasta que llegue el día en el que otro náufrago arribe a sus playas y la ayude a descubrirse aún mejor.

COMENTARIO: ¿Alguna vez viviste algo parecido? Si te interesa compartir tu comentario, podes hacerlo aquí debajo.
 
 

Mete un tiburon en tu vida…

Los japoneses siempre han gustado del pescado fresco. Pero las aguas
cercanas a Japón no han tenido muchos peces por décadas.
Así que para alimentar a la población japonesa, los barcos pesqueros
fueron fabricados más grandes para ir mar adentro.

Mientras más lejos iban los pescadores más era el tiempo que les tomaba
regresar a entregar el pescado.

Si el viaje tomaba varios días, el pescado ya no estaba fresco.

Para resolver el problema, las compañías instalaron congeladores en los
barcos pesqueros.

Así podían pescar y poner los pescados en los congeladores.

Sin embargo, los japoneses pudieron percibir la diferencia entre el pescado
congelado y el fresco y no les gustaba el congelado, que, por lo tanto, se
tenía que vender más barato.

Las compañías instalaron entonces en los barcos tanques para los peces.

Podían así pescar los peces, meterlos en los tanques y mantenerlos vivos
hasta llegar a la costa. Pero después de un tiempo los peces dejaban de
moverse en el tanque. Estaban aburridos y cansados, aunque vivos. Los
consumidores japoneses también notaron la diferencia del sabor porque cuando
los peces dejan de moverse por días, pierden el sabor fresco ….

y ¿cómo resolvieron el problema las compañías japonesas?

Y ¿cómo consiguieron traer pescado con sabor de pescado fresco?

Si las compañías japonesas te pidieran asesoría, ¿qué les recomendarías?

(Mientras piensas en la solución…. Lee lo que sigue):

Tan pronto una persona alcanza sus metas, tales como empezar una nueva
empresa, pagar sus deudas, encontrar una pareja maravillosa, o lo que sea,
empieza a perder la pasión. Ya no necesitará esforzarse tanto. Así que solo
se relaja.

Experimentan el mismo problema que las personas que ganan la lotería, o el
de quienes heredan mucho dinero y nunca maduran, o de quienes se quedan en
casa y se hacen adictos a los medicamentos para la depresion o la ansiedad.

Como el problema de los pescadores japoneses, la solución es sencilla.

Lo dijo L. Ron Hubbard a principios de los años 50:

“Las personas prosperan mas cuando hay desafíos en su medio ambiente" .

Para mantener el sabor fresco de los peces, las compañías pesqueras ponen a
los peces dentro de los tanques en los botes, pero ahora ponen también un
Tiburón pequeño! Claro que el tiburón se come algunos peces, pero los demás
llegan muy, pero muy vivos. ¡Los peces son desafiados! Tienen que nadar
durante todo el trayecto dentro del tanque, ¡para mantenerse vivos!
Cuando alcances tus metas proponte otras mayores. Nunca debes crear el
éxito para luego acostarte en él. Así que, invita un tiburón a tu tanque,
y descubre que tan lejos realmente puedes llegar. Unos cuantos tiburones te
harán conocer tu potencial para seguir vivo y haciendo lo que mejor haces,
de la mejor manera posible!!

Y si ya los encuentras en el tanque, déjalos que se muerdan entre si, que
no te asusten sus dientes ni sus trampas…tu sigue alerta, pero siempre
"fresco".

Siempre habrá tiburones a donde vayas.